Un hogar en el que caben todos
Unas 60 familias malagueñas acogen de manera altruista a niños en situación de desamparo. De otra forma, ingresarían en centros públicos.
Familias voluntarias colaboran con ‘Hogar Abierto‘, Asociación para el Acogimiento Familiar en Andalucía
Isabel tiene dos años y no deja a Ana ni a sol ni a sombra. En cuanto descuelga el teléfono, al otro lado se le escucha, con su vocecilla, preguntar insistentemente por su padre y por sus hermanos. Después de criar a tres hijos propios todavía tenían cuerpo para otros tres. El hogar de Ana Arenas y Salvador Montilla, 53 y 59 años, respectivamente, estará de nuevo estas navidades lleno de niños. Y les han devuelto la vida.
La pareja es una de las más de 60 que en este momento acoge a niños en situación de desamparo en Málaga gracias a la labor de la ONG Hogar Abierto. Tras el fallecimiento de su hija asumieron la custodia de su nieto, Rubén, de 12 años. Y en marzo llegaron los pequeños Isabel María, de 2, y Miguel, de 5.
La acogida ha supuesto una oportunidad para una familia que desde hacía años sentía un fuerte deseo de ayudar a los más pequeños. «Intentamos adoptar, pero era difícil. Luego fuimos a la Ciudad de los Niños, para acoger a un chico los fines de semana y las fiestas, aunque todos eran muy mayores. Un día, poniendo flores en la tumba de mi hija, encontré a una persona que me recomendó la acogida. Ahora estamos encantados y muy ilusionados».
Sueñan con que sea definitiva. Ana explica que ya han solicitado la preadopción de los dos pequeños, ante la imposibilidad de su madre biológica de asumir su tutela. «Los quiero como a mis hijos y a mi marido lo llaman papi. Los niños me han dado la vida, no se me quita el dolor de perder a mi hija, pero me llenan, nunca estoy sola».
Navidad en familia
El acogimiento con familias es una medida alternativa para salvaguardar los derechos de los menores en situación de desamparo, frente al ingreso en centros. Los participantes son voluntarios y no reciben compensación alguna, salvo los que se hacen cargo de grupos, que obtienen una pequeña ayuda para los gastos. El o los niños permanecen en el hogar de acogida hasta que se resuelve el problema que ha desencadenado una medida de protección como ésta.
Ningún niño sin una Navidad en familia. Podría ser el lema estos días de Hogar Abierto, entidad que está inmersa en una campaña para captar familias dispuestas a participar de esta labor altruista. Marisol Romero, psicóloga y coordinadora del equipo técnico, subraya que, pese a haber familias a la espera, en la actualidad se necesitan cinco voluntarios para hacerse cargo de nueve niños de entre 9 y 11 años. Se trata de grupos de hermanos -no se pueden separar- y un menor minusválido, para los que es más difícil encontrar un hogar adecuado.
Romero reclama que el acogimiento sea considerado también una medida preventiva, para evitar el desamparo. «Debemos coordinar a todas las instituciones y a los juzgados para hacer más felices a los niños y evitar los ingresos, porque ello les beneficia», afirma.
Durante el año una media de 60 niños conviven con parejas malagueñas y casi 20 voluntarios permanecen a la espera. «Es una experiencia muy enriquecedora, hace que los hijos biológicos maduren y aprecien lo que tienen. Pero los niños también aportan una nueva visión de la vida, que es digna de experimentar». Pese a las dificultades que puede suponer un aumento temporal de la familia, Marisol Romero afirma que el «espíritu de Hogar Abierto se transmite». Al tiempo, aplaude la entrega de las personas que asumen la custodia de pequeños con alguna minusvalía. «Cada niño tiene que encontrar su familia».
Condiciones duras
La asociación inició su actividad hace ya diez años, y desde entonces hasta hoy la psicóloga critica que las condiciones de los niños con problemas familiares han empeorado. «Ahora llegan mucho más deteriorados porque se tarda más en retirarlos de su entorno. Están tristes, muy machacados, con carencias afectivas muy graves y necesitan ayuda psicológica».
Alberto Peláez, presidente de Hogar Abierto, afirma que su reto es lograr que cada vez haya menos niños en los centros y por un corto periodo, «para que reciban el estímulo de una familia, de acogedores que les eduquen y ofrezcan lo que tratamos de ofrecer a todos».
Peláez adelanta que la entidad está diseñando nuevos proyectos de intervención con jóvenes adolescentes, que tienen una problemática particular, y se muestra optimista cara al futuro. «Estamos en buena sintonía con el servicio de protección de menores, y no paramos de captar acogedores, porque hay niños con unas determinadas necesidades o grupos de hermanos que tenemos que colocar con la pareja más adecuada».
Peláez reivindica nuevos usos de la acogida. «Hay muchos casos de inmigrantes, madres solas que buscan trabajo y necesitan ayuda. En vez de estar ingresado, con el consentimiento de los padres biológicos se puede formalizar un acogimiento, aunque siguen teniendo la patria potestad y sus visitas correspondientes. No sólo servimos frente a la desprotección».
Del nido vacío a la familia numerosa
Que los modelos de familia han cambiado es un hecho evidente. Pero hay un aspecto que hasta ahora se había pasado por alto y que puede suponer una nueva oportunidad para muchas parejas maduras. Hogar Abierto está recibiendo cada vez más solicitudes de abuelos jóvenes, familias en las que los hijos ya han volado solos y que afrontan el síndrome del nido vacío mediante la acogida. Optan generalmente por niños -a veces incluso grupos de hermanos- de corta edad, dado que tienen una gran experiencia en su manejo y disponen de tiempo libre.
El acogimiento como medida preventiva ha dado lugar a vínculos entre familias autóctonas e inmigrantes, que necesitan ayuda por carecer en Málaga de la red social (padres, hermanos y familia extensa) suficiente para sostener el cuidado de los niños mientras encuentran un trabajo, un domicilio y se adaptan a su nueva vida.
De todo esto se habló recientemente en las jornadas organizadas por la asociación en Mollina. Y se hablará en la cena benéfica que tendrá lugar el próximo día 27 de diciembre en el Colegio de Médicos, y en la que participará el presidente honorífico de Hogar Abierto, Carlos Álvarez.
Vía Diario Sur. Ignacio Lillo.