Una cuestión importante en el acogimiento familiar, según explica el presidente de Hogar Abierto, es que el niño siga manteniendo contacto con su familia de origen. El programa busca que el menor tenga una referencia nueva que le sirva para su desarrollo futuro, pero no busca privarlo de su entorno familiar, que en ese momento no le puede atender y al que se espera que pueda volver en un futuro.
Los niños llegan normalmente a través del Servicio de Protección de Menores, servicio especializado que depende de la Conserjería de Políticas Sociales. Ellos indican que chicos deben ser atendidos, y Hogar Abierto les proporciona una especie de “banco de familias”. Por último, el Servicio de Protección de Menores busca que el niño encaje con el perfil de los acogedores, y tras asignar una familia al menor, comienza el acogimiento.
Hay varias modalidades de acogimiento familiar. Está el programa de urgencia, de una duración máxima de seis meses, cuyo objetivo es proporcionar al menor una familia provisional mientras se estudia su caso y se compara su perfil con el de otros acogedores, para ver cuales encajan más con su carácter y personalidad. Está también el programa temporal, de una duración máxima de dos años, que tiene como objetivo proporcionar un período de estabilidad al pequeño, o bien porque se prevea que vuelva a su núcleo familiar de origen, o bien porque se decide dar el paso para que sea recibido de forma permanente por un matrimonio o una pareja de acogedores. El programa que recoge los casos de este tipo es el de acogimiento familiar permanente, que como su nombre sugiere, trata de proporcionar al niño una familia que lo acoja de forma definitiva.
EL ACTO
“Abanico 2019” es una iniciativa de carácter artístico que tiene como objetivo concienciar a la sociedad malagueña sobre el acogimiento familiar. A la presentación asisitieron, además de el presidente de Hogar Abierto, Alberto Peláez, la Delegada de Educación de la Junta de Andalucía, Mercedes García Payne y el artista malagueño Andrés Mérida, pintor y creador de la obra.
La Delegada de Educación recalca la importancia que tiene que cada vez haya más familias de acogida. Ella misma ha sido madre de acogida de un joven que ahora tiene 22 años, y asegura que se trata de una experiencia “muy gratificante”. La Delegada anima a otras familias para que acojan a estos menores cuyos hogares pasan por dificultades, y afirma que “merece la pena; nuestros niños nos necesitan”. Hogar abierto está siguiendo de cerca en estos momentos el proceso de unos 200 menores que tienen que vivir en una situación familiar complicada, y el número de familias acogedoras -150 en total- sigue siendo insuficiente para atender las necesidades de todos.
Andrés Mérida, por su parte, espera que gracias a su obra más gente se involucre con el proyecto Hogar Abierto. Ha agradecido la labor que esta asociación lleva a cabo, y manifiesta la satisfacción que le ha supuesto poder pintar para ayudar a una causa de estas características.
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