UN GESTO DE AMOR: ACOGIMIENTO FAMILIAR PROFESIONALIZADO

Hogar Abierto sigue con la difusión del Programa de Acogimiento Familiar que desarrolla en contrato con la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía

Este año, nuestro calendario ofrece un acercamiento al Acogimiento Familiar Profesionalizado a través de las letras de Alegría Peláez Romero.

UN GESTO DE AMOR

Cada acto solidario va acompañado de un gesto de amor.  Nunca olvidaré aquel día en que lo vi por primera vez.  Me miraba con recelo y la cabeza gacha. Era un niño “con características especiales y requería atención especializada”, me dijeron.

Comenzó a  temblar, todo pálido y atemorizado. Al principio no entendí por qué. ¿Qué te pasa? ¿No te gusta la comida? No entendía qué fue lo que en cuestión de segundos le hizo cambiar de un estado de calma a un estado de pánico.  No me respondió. Estaba paralizado, agarraba el tenedor con tanta fuerza que la  mano empezaba a enrojecerse.  Entonces sus miradas furtivas me revelaron el origen del temor. Me acerqué a mi marido y  puse mi mejilla contra la suya.  Miré a Carlitos y lo traje a nuestro lado. No es él – le dije – no pasa nada. También quiere ayudarte. Carlitos empezó a temblar más fuerte y comenzó a llorar; era un llanto desconsolado y silencioso. Lo abracé. Lo abracé y yo también lloré. Y sentí su miedo. Un miedo de los que te absorben toda la fuerza del cuerpo y te paralizan. Y sólo pude abrazarlo mientras intentaba comprender cómo alguien con tan sólo cinco años podía guardar unas vivencias tan atroces.  Entonces supe más que nunca que ese era mi gesto de amor: ir despedazando una a una esas vivencias, esas imágenes guardadas, esos gritos, para empezar a construir otra vez. Debía cambiar su sumisión, su silencio tormentoso y su gesto de incomprensión, por sonrisas, momentos cálidos y cariño. Pude ver la necesidad de Carlitos, el ansia y la receptividad que transmitía por todo aquello que nunca había tenido, el amor. Y poco a poco dejó de mojar las sábanas por las noches, poco a poco dejó de perturbarle el sonido de las llaves en la puerta, o el crujir de la madera ante las pisadas. Y cuando entraba en su habitación lo veía dormir tan en paz que se me agarraba el corazón y daba gracias porque estuviera conmigo, y también yo me sentía en paz, repleta, desbordante,  como si todo, por fin, estuviera un poquito más ordenado.

Era un niño “con características especiales y requería atención especializada”, me dijeron.  El acogimiento profesionalizado es un acogimiento dirigido a niños que han sufrido maltrato o abusos, o niños con discapacidades, con problemas de conducta o enfermedades graves. Necesitan personas cualificadas.

Cada acto solidario va acompañado de un gesto de amor.

¿Cuál es el tuyo?

https://dondeminombrepuedatocarte.wordpress.com/

Mejor en familia: 900 10 32 85 – 952 12 25 66

 

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